domingo, 20 de abril de 2008

El mercado de Papeete, microcosmos tahitiano



Papeete, la capital de la Polinesia Francesa es una ciudad pequeña y provinciana, arrimada al mar como una cinta larga y estrecha. Un paseo marítimo ancho y extenso la separa del puerto y ejerce como verdadera calle mayor de la población, si bien gran parte de los edificios principales quedan un poco a trasmano de esa arteria central.

Todo en Papeete tiene el aspecto de esas pequeñas poblaciones costeras mediterráneas del sur de Francia que tanto gustan a los turistas centroeuropeos y norteamericanos. Edificios bajos, calles estrechas, aceras saturadas, un tráfico endiablado... Como un pueblo de la Costa Azul que viviera un verano perpetuo sumergido en el calor y la humedad, Papeete invita a caminar con pausa, a buscar las sombras y a entrar en los muchos comercios climatizados que uno encuentra en su camino.

En el centro teórico de la ciudad está el mercado, un edificio rectangular de dos pisos con estructura de vigas metálicas pintado en blanco y azul cielo, instalado en una especie de plaza conformada sobre un cruce de calles. El mercado de Papeete es un lugar alegre, colorista y lleno de vida, rebosante de olores y sensaciones, en el que impera un orden muy francés que sin embargo convive sin mayores problemas con cierta promiscuidad en las cosas y las personas que es característicamente polinesia. Los puestos de venta se alinean según especialidades, y las frutas, flores y viandas se distribuyen en manchones de colores que festonean el piso inferior del mercado, el que se halla en el nivel de la calle, espacioso y con amplios accesos abiertos a los cuatro puntos cardinales, en tanto el piso superior se organiza en rincones colgados en el aire a los que se llega subiendo escaleras y recorriendo estrechos y oscuros pasillos, entre puestos en los que se vende ropa, abalorios, tallas artesanales y los más insospechados objetos materiales no comestibles.

Acodadas en una pasarela metálica del segundo piso, cuatro muchachas tahitianas observan a la gente que entra al mercado y, sonrientes, se dejan fotografiar por los extranjeros que las vemos suspendidas sobre nuestras cabezas como si fueran reclamos publicitarios. En realidad están allí por el gusto de estar, por charlar, sonreír y ver pasar la gente. Para estas chicas polinesias el tiempo no tiene el mismo valor que para sus vecinos franceses o los visitantes occidentales. El “dolce far niente” que practican con perezosa entrega es un modo particular de vivir y de sentir, ajeno a nuestras prisas y preocupaciones; seguramente tienen asuntos en los que ocuparse, pero saben que éstos pueden esperar otro ratito y que a la postre, es más gratificante sonreír a un desconocido que discutir con tu jefe.

La mañana está avanzada, y algunos puestos empiezan a recoger. Por los pasillos del mercado disminuye el tráfico de maduras y gordas polinesias cargadas con la compra del día, y empiezan a abundar por contra los extranjeros de pantalón corto que caminamos distraídos, seducidos por el festín visual y odorífico. Nunca vi un mercado donde se vendieran tantas clases de flores distintas ni tal variedad de frutas irreconocibles o en variedades débilmente emparentadas con las nuestras.

Este pequeño paraíso umbroso y ventilado es pues como un compendio enciclopédico de cuanto la tierra de Tahití ofrece, que es mucho y bueno. También, un resumen de las razas y tipos humanos que la pueblan o están de paso por ella. Un microcosmos en suma ameno y amistoso, donde el tiempo pasa suavemente.

jueves, 3 de abril de 2008

Entrevista en COM Ràdio


El domingo día 23 de marzo pasado, se emitió en el programa "Geografies" de COM Ràdio la entrevista que grabamos una semana antes, en torno a mi viaje de vuelta al mundo realizado en septiembre de 2007, haciendo especial hincapié en mi estancia en Manila y en mi búsqueda de información allí para la biografía que estoy preparando sobre Donato Navarro Mairal, mi bisabuelo materno.

La entrevista duró alrededor de media hora, aproximadamente la mitad del tiempo de la emisión.

Una vez más quiero dar las gracias a Joan Catà, presentador del programa, y a Ramon Aymerich, productor, por su gentileza al invitarme de nuevo a "Geografies".

La grabación puede oírse o descargarse en formato MP3 en la web de descargas de "Geografies"

La revista de la Sociedad Geográfica Española publica mi artículo sobre Pascua


El número 29 de la revista de la Sociedad Geográfica Española (SGE), correspondiente al segundo cuatrimestre de 2008, publica el artículo sobre la isla de Pascua que originalmente presenté dividido en dos post en este CUADERNO DE MI PRIMERA VUELTA AL MUNDO.

Bajo el título "La isla de Pascua en el siglo XXI", el artículo ocupa diez páginas de la revista y presenta siete de las fotos que hice durante mi paso por Pascua en septiembre de 2007, en el curso de mi primera vuelta al mundo, y se ha enriquecido con dibujos antiguos de moais y otros elementos pascuenses. La revista puede encontrarse en librerías especializadas, como Altair (Gran Via, 616, entre Balmes i Rambla de Catalunya), o bien solicitarse en la web de la propia SGE.